A menudo resulta complicado convencer a los propietarios de un negocio online la importancia que tiene su hosting en la rentabilidad de su web corporativa o su tienda online. Están tan acostumbrados a que las principales empresas de hosting ofrezcan hosting gratuito con la compra de un dominio que vale 15 euros al año o al revés, hostings por 1 euro al mes en los que el dominio sale gratis, que cuando les dices que deben optar por un hosting que puede oscilar entre los 14 y los 25 euros mensuales o más, se echan las manos a la cabeza e incluso desconfían de que les estés tomando el pelo. En este post explicaremos cómo elegir un hosting en 2020, empezando por las implicaciones que tiene el hosting en el rendimiento de una web, y continuando con los factores de una web que condicionan el tipo de hosting por el que deben optar.
Da igual que vendamos productos online o que nuestra web sirva para atraer formularios de solicitud de información: si nuestra web influye en nuestra facturación como empresa, necesita un hosting adecuado. ¿Pero por qué?
El hosting afecta de forma directa a un parámetro que influye en el porcentaje de usuarios que terminan comprando online, enviando solicitudes de información o haciendo aquello que esperamos que hagan a través de nuestra web (globalmente llamado conversión): la experiencia de usuario.
La experiencia de usuario es la percepción positiva o negativa que un usuario adquiere en una web. Y en esta percepción lo primero que impacta es la velocidad de carga de una web. Después pueden intervenir más factores que también la afecten, pero este es el fundamental, porque es lo que determina si un usuario empieza a navegar en una web, algo que le da una oportunidad de convencerlo de que haga una conversión, o que la abandone sin llevar a cabo ninguna interacción en ella, ni siquiera scroll para ver el contenido de la primera página que visita. Esto se llama tasa de rebote, y es una de las analíticas con las que se mide esa percepción positiva, la experiencia de usuario.
La tasa de rebote es muy alta en webs lentas. Y se considera una web lenta aquella que tarda más de 3 segundos en cargar. Sí, 3 segundos. Puede parecernos una exageración, pero está demostrado que más de la mitad de usuarios rebotan una web si tarda más. En otras palabras: estaremos perdiendo más de la mitad de usuarios que potencialmente pueden convertirse en clientes.
A está proporción de usuarios que se van al instante, tenemos que sumar los que inicialmente tienen la paciencia de esperar a que la web cargue pero después de un par de clicks dentro de la web dejan de tenerla. En este caso tampoco harán una conversión.
La explicación de este comportamiento de los usuarios es simple. Como usuarios estamos acostumbrados a visitar muchas webs al día y a invertir poco tiempo en ellas (excepto redes sociales, por ejemplo). Por eso, si una web no nos ofrece lo que buscamos en tiempo récord, con una carga rápida y con una información inédita, relevante y útil, volver atrás y probar con otra nos resulta muy fácil, con uno o dos clicks.
La experiencia de usuario, en la que como decimos influye la velocidad de carga, no sólo impacta en los usuarios que abandonan una web sin hacer ninguna conversión. También lo hace en el SEO (posicionamiento en Google), es decir, en el número de usuarios que llegan a la web. Si nuestra web va a tener menos visibilidad y de los usuarios que llegan a ella muchos la van a abandonar, la tasa de conversión potencial se ve afectada dos veces. Imaginemos si, además, estamos haciendo una campaña de publicidad en Google, Facebook, Instagram, etc.: estaremos pagando un elevado volumen de clicks que, de antemano, sabemos que van a ir a la basura.
Esto es porque Google procura cada vez más ofrecer en su ranking una clasificación que responda al servicio que una web da al usuario. Por eso la velocidad de la web y otras analíticas derivadas como el tiempo que invierte un usuario en una web (poco si el usuario la abandona en seguida), entre otras, tienen una gran importancia en su algoritmo. Lo hemos comprobado comparando el número de palabras clave de una web en primera página de Google y su tráfico de visitas antes y después de cambiar a un hosting de alta velocidad.
Una web, por lo tanto, debe cargar idealmente en uno o dos segundos.
Una web debe estar permanentemente actualizada para evitar fallos e incluso agujeros de seguridad. Esto significa actualizar WordPress, PHP (el tipo de lenguaje con el que está hecho WordPress), base de datos (donde se encuentran las páginas hechas desde WordPress), actualizar la plantilla (y depurar código si esta actualización lo requiere), tener instalados plugins fiables y actualizarlos (a menudo pagando una cuota) cada vez que el proveedor publique una nueva versión, etc.
En cada actualización es importante o bien hacer una copia de la web en paralelo y probarla primero en esa copia para después colgarla en vez de la web actual, o bien por lo menos contar con una copia de seguridad reciente, que suele hacer el hosting si tiene esta opción, para poderla restaurar en vez de la web actual si la actualización da error. Esto suele ser especialmente necesario en caso de webs con muchos plugins, y con plugins que hagan depender toda la funcionalidad de la web, como WooCommerce (en tiendas online) y plugins de traducción a otros idiomas (como WPML).
Muchos hostings no cuentan con copias de seguridad periódicas (algunos ni siquiera las ofrecen y otros las hacen una vez al mes o a la semana, algo insuficiente si nuestra web cuenta con cambios cada día -compras, formularios, etc.-), y muy pocos ofrecen un sistema para restaurar copias de seguridad que sea sencillo o se encargan ellos de hacerlo.
Hay muchos negocios que han tenido serios problemas con su web que han derivado en una mala imagen ante sus clientes y sobrecostes por no contar con un hosting que haga copias de seguridad recientes o por no ofrecer soporte de resubida o forma de hacerlo fácilmente uno mismo.
La mayoría de planes comerciales de hosting son en servidores compartidos. Esto quiere decir que la empresa de hosting aloja nuestra web en servidores en los que aloja otras webs. Esto significa que cualquier problema que tenga una web alojada en el mismo servidor puede afectar a la nuestra, como ataques de virus que o bien afecten al funcionamiento de la web o directamente hagan caer el servidor o carga lenta porque otra web del mismo servidor acapara todos los recursos (porque tiene tráfico de visitas mayor, porque tiene más plugins instalados, etc.). Ante esto, las empresas de hosting no se suelen hacer responsables. De nuevo, es importante saber que cuentan con copias de seguridad periódicas para restaurarlas si no es posible recuperar la versión actual y un soporte que las resuba o una forma fácil de hacerlo nosotros.
No es la primera vez que una web afectada por un problema generado por otra en el mismo servidor debe desarrollar su web desde cero porque le ha sido imposible deshacerse de un virus en su base de datos que, por ejemplo, haya borrado gran parte de sus archivos web.
Por esto lo ideal es contratar un plan de hosting que sea dedicado, es decir, que nuestra web sea la única en el servidor. También hay una opción intermedia, que es un VPS (Virtual Private Server o servidor virtual privado), que es un servidor que aloja muchas webs a la vez pero con un sistema de compartimentación que protege una web.
Un buen hosting puede ofrecer un entorno de pruebas fácil de manejar, por medio de una clonación de nuestra web en la que poder llevar a cabo cambios sin que los usuarios los vean hasta que estén todos terminados. Esto es importante en webs que estén en constante actualización y ampliación de contenidos. Por ejemplo, si queremos retocar el diseño de una web, probablemente querremos que si alguien está conectado no vea las pruebas que se hacen sobre la marcha; preferiremos contar con un entorno que permita probar los cambios y publicarlos todos a la vez.
Ya hemos dicho que es importante que nuestro hosting sea rápido, que ofrezca copias de seguridad periódicas, y que a ser posible ofrezca un entorno de pruebas. Pero seguramente muchos que están leyendo este post se preguntarán cómo saben si un hosting será rápido, o cada cuanto necesitarán una copia de seguridad, por ejemplo. O habrán leído en los planes de hosting conceptos como bases de datos MySQL, GB de almacenamiento, GB de transferencia, certificado SSL, PHP, o número de cuentas de correo.
Para empezar, debemos saber que la mayor parte de hostings comerciales baratos ofrecen por defecto planes que NO son adecuados para webs de negocios. Lo podemos comprobar viendo lo que priorizan y lo que omiten. Suelen priorizar y usar como gancho prestaciones como:
Ya hemos visto que las empresas de hosting priorizan cosas que no son muy necesarias. Esto es porque son más baratas y sirven de gancho. En cambio las prestaciones más importantes son más caras y las ofrecen en segundo plano porque cuestan más de vender, ya que, como decíamos al principio, muchas empresas no comprenden su importancia. Algunas de estas prestaciones son:
Hay otros factores a tener en cuenta a la hora de contratar un hosting, y algunos de ellos sólo los podremos conocer mirando opiniones de los usuarios por internet o con demostraciones gratuitas (por ejemplo, planes con garantía de cancelación y devolución de dinero). Algunos ejemplos son:
Un buen soporte técnico: una web profesional puede necesitar consultar al servicio técnico de su hosting varias veces al año, por lo que es fundamental que sea rápido y efectivo. No siempre es necesario que sea vía telefónica, por ejemplo. Muchos hostings atienden muy satisfactoriamente vía chat, como Arsys, o vía ticket (envío de incidencias a través de email o formulario dentro del panel de usuario). La mayoría de hostings comerciales más conocidos, baratos o no, ofrecen un servicio técnico satisfactorio.
Panel de control fácil de usar: las empresas de hosting suelen ofrecer para gestionar el hosting o bien una herramienta conocida llamada cpanel o bien un entorno propio. Cpanel puede ser una buena opción para quienes lo han usado anteriormente, pero muchos cuentan con su propio panel que suele requerir tiempo para averiguar su funcionamiento y muchas veces son auténticos jeroglíficos. De hecho en algunos casos los desarrolladores de una web cobran aparte la subida al hosting cuando la terminan si el cliente ha contratado empresas de hosting con paneles de control complejos que requieren de una elevada inversión de tiempo. Hay opciones de hosting que, incluso, no cuentan con panel de control, por lo que hay que ser un especialista para manejarlo.
Migración gratuita: muchos hostings ofrecen migración gratuita, algo que es interesante a la hora de plantearse contratar un hosting. Pero hay que tener en cuenta que algunos no hacen ellos la migración, sino que guían a sus clientes para hacerla vía telefónica u otro soporte, por lo que si tenemos dificultades para hacerlo, deberemos terminar por recorrer a un servicio de migración profesional.
Entornos de seguridad reforzados: es importante que un hosting ofrezca protección extra antivirus y antihackers.
En Sitelabs hemos probado todo tipo de hostings a lo largo de los años, sopesando pros y contras de cada uno, y obviamente no recomendamos a nuestros clientes hostings que no usaríamos nosotros mismos para nuestras webs propias.
La mejor opción, que usamos para esta misma web, que es nuestra principal herramienta de generación de nuevos clientes, es un hosting propio, que empezamos a ofrecer a la vista de la poca flexibilidad de opciones que vemos y que hemos comentado. Ofrece:
Este hosting va vinculado a un servicio de mantenimiento técnico web cuyo precio es desde 29 euros al mes. Ofrecemos este pack porque la mayoría de empresas que tienen dificultades para seleccionar y gestionar un buen hosting también las tienen para actualizar WordPress, la plantilla, los plugins, etc., y este servicio incluye todo esto.
Lo ofrecemos sin plan de correo, ya que la mayoría de las webs sólo necesitan una cuenta (que suele ofrecerse gratis con el dominio, que cuesta 15 euros al año -Cdmon, por ejemplo, lo hace-) y hacer alias (otras direcciones sin buzón redireccionadas a esa única cuenta) y pueden configurarla en su correo de Gmail. De esta forma podemos ofrecer un precio más competitivo.